sábado, 20 de septiembre de 2014

Miedo a la oscuridad

Los niños atraviesan por diversas circunstancias, algunas agradables otras no tan buenas, de estas experiencias algunas veces temen a algo surgiendo así los miedos, son varios los miedos que los niños pueden sentir, entre ellos tenemos el miedo a la oscuridad.

El miedo a la oscuridad que algunos niños puedan tener surge de manera repentina y algunas veces no sabemos qué lo ocasiona o simplemente los padres no se dan cuenta que desencadena el miedo, el temor a la oscuridad puede nacer porque escucharon un ruido, un cuento, visto una película o sólo dejar fluir su imaginación.

Algunos niños están acostumbrados a dormir con sus padres y cuando se decide que duerman en una habitación propia la imaginación empieza a nacer por lo nuevo y desconocido ocasionando el miedo a la oscuridad, cambios de casa o dormir en lugares desconocidos también son factores que contribuyen a tener miedo a la oscuridad.

Muchas veces el niño empieza a cambiar de conducta y tener otro tipo de comportamiento al finalizar el día porque saben que vendrá la oscuridad y el momento de dormir, otros en cambio no dejan de jugar porque quieren evitar que sus padres los acuesten y hacen todo lo posible para alargar el día.

Cuando los padres perciban que sus hijos hacen todo para no dormir, deben ponerse fuertes y ayudar a afrontar este miedo y acostumbrarles a dormir a una hora determinada para que luego de repetidas veces ya sepan que deban dormir e irán mitigando el miedo a la oscuridad, puede ayudarles mucho despedirles con un beso, enseñarles a rezar, leerles un cuento o alguna actividad que les ayude a perder poco a poco el miedo que tengan.

No se debe menospreciar este problema en los niños, al contrario se les debe brindar todo el apoyo y comprensión, se debe conversar sobre el tema, preguntarles a qué temen y explicarles con cariño que existen soluciones, comunicarse con los niños es una manera de que estos no solo aprendan a expresar lo que sienten sino también contribuye a que se desahoguen y saquen todo lo que llevan guardado.

Obligar a apagar las luces aún sabiendo que el niño teme a la oscuridad llega a ser contraproducente y así no se eliminará el problema, puede agravarse y el niño cada vez sentirá que su miedo crece, además que puede ser un impulsor para que surjan otro tipo de problemas.

Otra de las maneras de lidiar con éste miedo, es dejar una lámpara con una luz tenue encendida en la habitación, dejar la luz del pasillo encendida o adornar la habitación con objetos luminosos que no solo decorarán la misma sino brindarán seguridad.

Cuando se intenta con varias alternativas y ninguna cumple con las expectativas, una manera disimulada de afrontar a los niños con la oscuridad es a través de algunos juegos que se deben realizar durante el día, por ejemplo se puede jugar a las escondidas, vendar los ojos del niño y que adivine los objetos que toca, todo esto de forma muy divertida para que afronten y se den cuenta que la oscuridad no les hace daño.

Antes de acostar al niño podemos relajarlo como habíamos mencionado con cuentos divertidos para ayudar a despejar su mente, masajes relajantes, comunicarnos con el niño, un baño para que se desestrecen, de todas maneras el miedo es una experiencia por la que todo ser humano atraviesa y es inevitable no tener esa sensación, pero se puede ayudar afrontarlo brindando cariño y seguridad.

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