domingo, 13 de abril de 2014

RAFAEL SANTANDREU /// EL PSICóLOGO, AUTOR DE “LAS GAFAS DE LA FELICIDAD”

El psicólogo español Rafael Santandreu combate la epidemia de depresión recetando a sus pacientes

“dosis de incomodidad”,

es decir, que se provoquen cada día una situación incómoda: ir a pie al trabajo,

dormir la mitad de horas o pasar hambre, etc.

¿En qué consiste su receta de la felicidad?

En cambiar nuestro diálogo interno. Tenemos ansiedad o depresión a causa de nuestra filosofía interna, de lo que nos decimos todos los días. Si cambias esa manera de pensar se produce el milagro: ¡cambian tus emociones!

Por mucho diálogo positivo que tengas, es difícil mantenerse feliz.

(...). Mis pacientes aprenden una filosofía antiqueja que les hace prácticamente invulnerables a la depresión o a la ansiedad.

Sin embargo, usted sí advierte de que tenemos una verdadera epidemia de enfermedad emocional. ¿Cómo es de grave?

Ante todo, por favor, evite el uso de la palabra “grave”. No hay nada “grave” en esta vida. Hoy estamos vivos y mañana muertos. No olvidemos que es posible que caiga un meteorito esta noche y reviente el planeta: ¡es lo que hay! Dicho esto, le confirmo que nunca antes ha habido tanta enfermedad emocional. (...)

¿Por qué como sociedad no podemos curarnos

de la enfermedad emocional?

Porque es la misma sociedad con sus valores equivocados la que produce el malestar emocional. La gente no se da cuenta, pero la súper-presión que nos imponemos todos es bestial. Tenemos que ser guapos, inteligentes, cultos, viajados, delgados, ordenados, eficientes, extrovertidos, tener muchos amigos, tener una bonita casa, un trabajo donde realizarte, vacaciones divertidas, hijos, una pareja que me ame y si no cumples una sola de esas cosas: ¡ponte a temblar! Eres un gusano que no debería sacar la cabeza de la tierra.

Usted aboga por una

cosa llamada “bastantidad”

Sí. Consiste en decirse a sí mismo: “Ya tengo bastante”, una y otra vez. “¿No tengo pareja, pero tengo padre y madre?: ¡ya tengo bastante para ser feliz!”. “¿Soy tímido y no tengo estudios?”: ¡ya tengo bastante para apreciar la vida!”? La bastantidad está basada en la idea de que los seres humanos necesitamos poco para ser felices.

En ese sentido, usted habla de una enfermedad llamada “no-lo-puedo-soportitis”. ¿Qué es?

Cuando mis pacientes me preguntan: “¿Qué diagnóstico me pone, depresión, ansiedad?” Yo les respondo: “Lo único que tienes es ‘no-lo-puedo-soportitis’”. A todos les pasa lo mismo. Han cogido el hábito de decirse a sí mismo que su situación es mala y que no lo pueden soportar. Pero aprenden que se puede soportar prácticamente todo y ser feliz. En esta vida no hay nada tan importante como para perder la serenidad.

Usted da a sus pacientes un ejercicio muy raro: le llama “ricas dosis de incomodidad”.

Ya sé que parece raro recomendarle a alguien que cada semana escoja meterse en dos situaciones incómodas como hacer ayuno todo un día o no dormir. Pero a muchos de mis pacientes les va genial: dejan de ser cascarrabias, de deprimirse, de quejarse de todo. Nosotros tenemos endiosado el concepto de “comodidad” y eso es muy malo. Hay que dejar de darle tanta importancia a la comodidad porque si no, nos volvemos hipersensibles: no soportamos el ruido, las colas, los fallos y pequeñas adversidades.


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