jueves, 17 de abril de 2014

¡Desconéctate!

Estás en medio de una conversación importante y sientes ansiedad y ganas irresistibles de ver tu “Smartphone” o peor aún, te despiertas cada mañana y lo primero que haces es prender el televisor, mientras al mismo tiempo enciendes tu computadora para ver tu “Facebook”… Si es así, necesitas desconectarte. Los dispositivos te tienen abrumada, más pendiente de tu lista de correo electrónico que de tu vida personal.

Es que cada vez es mayor el número de aparatos electrónicos que tenemos en casa. Aunque es relativamente frecuente, atribuir a las pantallas de dichos dispositivos una serie de efectos perniciosos para la visión que en muchos casos carece de fundamento. Hasta la fecha, no se ha demostrado científicamente que el mirar a una pantalla provoque enfermedad alguna, según explica el oftalmólogo Andrés Picó. Pero ese no es el punto. La idea de desconectarse de todas las pantallas que nos rodean, tiene que ver principalmente con no perder el contacto humano, con pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos y sobre todo, con vaciar la cabeza de la basura cibernética.

A continuación te damos una serie de consejos que te ayudarán a que pases por el difícil proceso de desconexión, para que al fin tomes las riendas y decidas cuándo desconectarte (¡y evites las grandes tentaciones de conectarte nuevamente!).



Los mejores momentos

Durante las vacaciones: A veces disponer de tiempo libre no implica que nos vayamos de viaje porque quizás no estamos deseando escapar físicamente sino que queremos estar mentalmente libres de obligaciones.

Apagar los dispositivos puede ser una buena forma de tener “vacaciones mentales”. Prioriza el tiempo libre y piensa: ¿qué es lo peor que puede pasar si apago el teléfono o la computadora un par de días?

Durante el fin de semana: El sábado a la mañana es un gran momento para desconectarse. Pasar dos días de tranquilidad puede ser crítico.

Durante un día de la semana: Proponte apagar todos tus aparatos, por ejemplo, todos los martes, y verás cómo tu rutina deja de ser monótona.

Durante la mañana: los grandes ejecutivos tienden a levantarse muy temprano para ejercitarse, leer y tener tiempo para sí mismos. Puedes hacer lo mismo evitando recibir llamadas y mensajes durante esas horas del día.

Durante la tarde: Un estudio reciente mostró que las 14:55 hrs es el momento del día en el que los niveles de productividad están en su punto más bajo. ¿Por qué no aprovechar ese momento para escapar de la oficina y descansar la cabeza? Un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine sugiere que los espacios verdes disminuyen “la fatiga del cerebro”, esa sensación de estar distraído y olvidadizo. Busca un punto verde y da un breve paseo para enfrentar luego el resto del día.

Durante la noche: Desconéctate de todo antes de acostarte y evita llevar el celular a tu habitación, ya que al hacerlo estás trayendo el mundo entero a tu cama. Dos o tres horas sin ningún artefacto encendido pueden hacer la diferencia. Tu cerebro te lo agradecerá y tu salud se beneficiará gracias a una noche de tranquilidad.

Durante la hora de comer: Basta de teléfonos en la mesa. En cambio, aprovecha ese tiempo para conectarte con tu familia o amigos, para tener conversaciones interesantes y compartir un gran momento sin interrupciones.

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