martes, 20 de agosto de 2013

UNA FORMULA DE EXITO QUE SIEMPRE LOGRA SU OBJETIVO AL SER APLICADA.

¿Se encuentra usted entre los cientos de miles de personas de todo el mundo que han feído la Autobiografía de Benjamín Franklin o entre las decenas de miles que han leído la obra ¿Cómo me levanté del fracaso al éxito en la venta?, de Frank Bettger. En caso de que no sea así, le recomendamos que lea ambos libros puesto que contienen la fórmula que siempre triunfa cuando se aplica con una AMP. En su autobiografía, Franklin revela que se dispuso a ayudar a Benjamín Franklin como la persona viviente más importante quiere ayudarle a usted. Y escribió: Siendo mi propósito el de adquirir el hábito de todas estas virtudes, juzgué que no sería oportuno distraer mi atención intentándolo todo de una sola vez, sino que convendría centrarla en una a la vez; y, cuando hubiera dominado ésta, pasar a otra y así sucesivamente hasta conseguir las trece y dado que la previa adquisición de algunas tal vez facilitara la adquisición de otras, las ordené en este sentido... Los nombres de las virtudes enumeradas por Franklin, junto con los preceptos correspondientes a cada tina de ellas (factores de automoti\ación con vistas a la autosugestión), son 
1. TEMPLANZA: Come sin embotarte, bebe sin exaltarte. 
2. SILENCIO: No hables más que de aquello que puede beneficiar a los demás o a ti mismo; evita las conversaciones triviales. 
3. ORDEN: Que todas tus cosas tengan su lugar; que cada parte de tu ocupación tenga su tiempo. 
4. RESOLUCIÓN: Resuelve hacer lo que debes; haz sin falta lo que hayas resuelto hacer. 
5. FRUGALIDAD: No gastes más que en aquello que pueda beneficiar a los demás o a ti mismo, es decir, no desperdicies nada. 
6. DILIGENCIA: No pierdas el tiempo; ocúpate siempre en algo útil; elimina todas las acciones innecesarias. 
7. SINCERIDAD: No utilices ningún engaño perjudicial; piensa con inocencia y justicia y, si hablas, habla en consecuencia. 
8. JUSTICIA: No causes daño a nadie mediante perjuicios o bien omitiendo los beneficios a los que estás obligado. 
9. MODERACIÓN: Evita los extremos; soporta las ofensas todo lo que tú creas que se merecen. 
10. LIMPIEZA: No toleres ninguna suciedad en el cuerpo, la ropa o la casa. 
11. TRANQUILIDAD: No te inquietes por las menudencias o los accidentes comunes o inevitables. 
12. CASTIDAD: No utilices los placeres sexuales más que por motivos de salud o descendencia, nunca por aburrimiento, debilidad o en detrimento de tu propia paz o buena fama o de las de otra persona. 
13. HUMILDAD: Imita a Jesús y a Sócrates. Franklin sigue diciendo: Creyendo después que, de conformidad con el consejo de Pitágoras, sería necesario un examen cotidiano, elaboré el siguiente método para la realización de dicho examen. Hice un librito en el que dedicaba una página a cada una de las virtudes. Rayé cada página con tinta roja para formar siete columnas, una por cada día de la semana, marcando cada columna con la inicial de cada día. Crucé las columnas con trece líneas rojas, marcando el comienzo de cada línea con la inicial de cada una de las virtudes, para poder hacer en cada línea y en cada columna una pequeña señal negra correspondiente a la falta que, en el transcurso del examen cotidiano, descubriera haber cometido aquel día en relación con alguna virtud. (Ver el gráfico siguiente). Ahora bien, el hecho de saber utilizar la fórmula reviste tanta importancia como el de conocerla. He aquí cómo utilizar su conocimiento:

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