sábado, 10 de agosto de 2013

Ella se preocupa más por Dios que por los quehaceres diarios

Las actividades diarias son monótonas y pueden volverse aburridas, perdiendo así el valor del propósito divino, por lo que me animo a decir que "la mujer que está bien con Dios estará bien con los quehaceres domésticos.

Entonces:

La mujer sabia busca a Dios antes que a su marido, porque sabe que la relación con el depende de la relación divina.

La mujer sabia sabe que los quehaceres del hogar son una forma interesante de servir a Dios y a sus amados.

La mujer sabia educa con principios y valores determinados por Dios, educa a sus hijos como a sus empleados, porque ella es educadora por orden divino.

La mujer sabia no se preocupa por el mundo que dejará a sus hijos, sino porque que clase de hijos dejara a este mundo.

La mujer sabia es la primera en prepararse para ir a la iglesia el domingo, y prepara a sus niños y criados, para que escuchen de Dios y su palabra.

La mujer sabia es la primera en levantarse y la ultima en acostarse, porque ha pasado tiempo orando y encomendando su familia a Dios.

La virtuosa mujer pide dirección divina antes de pedir opinión de su marido.

Ella depende en un cien por cien de Dios, sabiendo que es soberano.

Esta mujer no es musculosa es virtuosa, no hace pesas sino oraciones.

Esta mujer amplia su corazón a Dios antes que sus cabellos.



LO QUE NO ES UNA

MUJER VIRTUOSA



No es una habladora, aunque digan que las mujeres hablan más que los hombres, ella es recabada y prudente en la cantidad de palabras dicha en el día, principalmente en su hogar.

No es alborotadora, alguien que hace un escándalo de cualquier tontería, ella como tiene dominio de su lengua también tiene dominio de su persona.

No es rencillosa, alguien que anda peleándose con todos, enojándose con todos, por el contrario es educadora enseña el perdón y la misericordia.

No es callejera, porque se dice que las malas mujeres no pueden tener sus pies en casa, unas veces están en las plazas otras veces en las calles con malos motivos.

No es ignorante, no ignora la sabiduría, tampoco las malas intenciones de los malvados, ella es conocedora y precavida.

No es dada al vino o cualquier bebida embriagadora, porque eso quita la sabiduría.

No es la que busca a hombres, sino espera ser encontrada por uno solo.

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