domingo, 28 de julio de 2013

SE HIZO RICO PORQUE ACEPTÓ UN CONSEJO. - I

En 1896, en Toba. Japón, cuando contaba tan sólo once años de edad, Kokichi Mikimoto se hizo cargo del negocio de tallarines que tenía su padre en el pueblo. Su padre había contraído una enfermedad que le impedía trabajar. El muchacho tenía que mantener a seis hermanos, tres hermanas y sus padres. Aparte de elaborar diariamente los tallarines, el joven Mikimoto tenia que venderlos. Y resultó ser un buen vendedor. Mikimoto había recibido previamente instrucción de un samurai, el cual le había enseñado: La ejemplificación de la verdadera fe consiste en actos de amabilidad y amor para con los propios semejantes, no en simples plegarias formales pronunciadas rutinariamente.
Y con esta filosofía básica de una AMP y una acción positiva, Mikimoto se convirtió en un hacedor. Adquirió la costumbre de convertir las ideas en realidad. A la edad de veinte años, se enamoró de la hija de un samurai. El joven sabía que su futuro suegro no aprobaría la boda de su hija con un fabricante de tallarines. Por consiguiente, se sintió impulsado a adaptarse a aquella fuerza. Cambió de ocupación y se convirtió en mercader de perlas. Al igual que muchas personas que alcanzan el éxito en cualquier lugar del mundo, Mikimoto andaba constantemente buscando conocimientos concretos capaces de serle útiles en su nueva actividad. Al igual que los grandes industriales de nuestra época, buscó ayuda en la universidad. El profesor Yoshikichi Mizukuri le habló a Mikimoto de una teoría de las leyes de la naturaleza que jamás había sido demostrada. 
El profesor le dijo: «Una perla se desarrolla en una ostra cuando se introduce en la ostra un objeto extraño como, por ejemplo, un grano de arena. Si el objeto extraño no mata a la ostra, la naturaleza cubre el objeto con la misma secreción que forma el nácar en el revestimiento interior de la concha de la ostra». ¡Mikimoto se entusiasmó! Estaba deseando hallar la respuesta a la pregunta que él mismo se había hecho: «¿Podré obtener perlas, introduciendo deliberadamente un diminuto objeto extraño en la ostra y dejando que la naturaleza siga su curso?». Tras haber aprendido a ver, convirtió una teoría en una acción positiva. Mikimoto aprendió a ver gracias al profesor uni\ersitario. Y posteriormente utilizó la fuerza de su imaginación. Se entregó a una reflexión creativa. Utilizó el razonamiento deductivo. Llegó a la conclusión de que, si las perlas se formaban tan sólo cuando un objeto extraño entraba en una ostra, él podría crear perlas ateniéndose a las leyes naturales. Podría introducir objetos extraños en las ostras y obligarlas a producir perlas. Aprendió a observar y actuar y se convirtió en un hombre de éxito. Un estudio de la vida de Mikimoto revela que éste utilizó los 17 principios del éxito. Porque los conocimientos no bastan para alcanzar el éxito. Ello se consigue mediante la aplicación de los conocimientos. ¡Acción! Muchas de las ideas que se nos ocurren cuando aprendemos a ver con ojos nuevos se les antojan atrevidas a los demás. Estas ideas, o bien nos pueden asustar o, en caso de que las pongamos en práctica, pueden permitirnos ganar fortunas. He aquí otra historia verdadera relacionada con las perlas. Esta vez, el héroe fue un joven norteamericano llamado Joseph Goldstone. quien vendía joyas de puerta en puerta a los granjeros de lowa.

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