He tenido muchas cosas en mis manos y las he perdido; pero las cosas que he puesto en las manos de Dios son las que poseo siempre, se lee en el libro Eclesiastés de la Biblia.
Si el Señor ha dicho a que vaya, tenga la certeza que Él abrirá todas las puertas para hacerlo.
En las cartas que envió el apóstol Pablo se encuentra lo siguiente: Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, yo estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree.
Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en Que el Señor te conceda hallar la misericordia en cada momento de tu vida. (Recibido por Internet)
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