viernes, 21 de junio de 2013

PERSUASORES OCULTOS.

Sin embargo, fue la autosugestión del "Puede hacerlo si cree que puede': aprendida de memoria en el curso de AMP, «La ciencia del éxito», la que le ayudó a salvarse cuando se encontraba a las puertas de la muerte. Los libros que leemos y los pensamientos que se nos ocurren influyen en nuestro su consciente. No obstante, hay también unas fuerzas invisibles que ejercen unos efectos análogamente poderosos aunque su carácter sea subliminal, es decir, aunque se encuentra fuera del ámbito de la conciencia. Estas fuerzas invisibles pueden deberse a causas físicas conocidas o bien a fuentes desconocidas. Antes de comentar lo desconocido, ¡lustremos un ejemplo que es de conocimiento general desde que se publicó la obra Persuasores ocultos, de Vanee Packard. La historia se publicó primero en los periódicos norteamericanos y después fue recogida por las revistas. Consideremos un informe que se publicó en una importante revista nacional a propósito del tema de la publicidad subliminal. El informe se refiere a un experimento que se llevó a cabo en un cine de Nueva Jersey en el que los mensajes publicitarios se proyectaban con tanta rapidez en la pantalla que los espectadores no eran conscientes de ellos. Durante un período de seis semanas, más de cuarenta mil personas participaron sin saberlo en esta prueba mientras se encontraban en el cine. En la pantalla, por medio de un proceso especial que los hacía invisibles a simple vista, se proyectaban dos mensajes publicitarios sobre unos productos que podían adquirirse en el vestíbulo del cine. Al término de las seis semanas, se elaboró una tabla con los resultados: las ventas de uno de los productos habían aumentado en más de un 50 por ciento, mientras que las del otro experimentaron un incremento de casi un 20 por ciento.
Él inventor del proceso explicó que, a pesar de que los mensajes eran invisibles, habían llegado hasta el público gracias a la capacidad del subconsciente de absorber las impresiones que son demasiado fugaces como para que la conciencia pueda captarlas. Cuando el informe apareció en la prensa, el público se horrorizó ante «este intento de canalizar nuestros hábitos mentales, nuestras decisiones de compra y nuestros procesos mentales» mediante el uso de la sugestión subliminal. La gente se asustó. Temía que la sometieran a un lavado de cerebro en la forma más sutil. Y, sin embargo, nos sorprende que nadie planteara la cuestión desde el punto de vista de una AMP. La sugestión subliminal también puede emplearse para objetivos deseables. Todo el mundo sabe que el poder puede usarse para bien o para mal, según se dirija. Ahora que el experimento ha demostrado sus efectos, no hace falta mucha imaginación para comprender qué beneficiosos resultados podrían obtenerse en caso de que los siguientes factores de automotivación se proyectaran en una pantalla cinematográfica: ¡Dios es siempre un Dios bueno! ¡Día a día, en todos los sentidos, por medio de la gracia de Dios, va usted siendo cada vez mejor! ¡Tenga el valor de enfrentarse con la verdad! ¡Lo que el hombre puede concebir y creer, la mente del hombre lo puede alcanzar con una AMP! ¡Toda adversidad lleva la semilla de un beneficio equivalente o todavía mayor para aquellos que tienen una Actitud Mental Positiva! ¡Usted puede hacerlo si cree que puede! Éste sería el planteamiento de la AMP, siempre y cuando se obtuviera de antemano, como es lógico, el consentimiento del público. Otro ejemplo de fuerza física conocida que afecta al subconsciente nos lo ofrece el efecto del radar en los navegantes.

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