No SE TRATA DE OBSTACULIZAR LA LABOR DE DIOS. Estas buenas gentes temen que sea sacrilego
atreverse a explorar los poderes de la mente que Dios les ha dado: la capacidad de elegir, planificar y controlar
su futuro. Muchos libros de inspiración se proponen estimular al lector a dirigir sus pensamientos, controlar sus
emociones y ordenar su destino. Y a menudo le ayudan a comprender las verdades de la Biblia.
Ello es cierto, por ejemplo, en el caso del gran éxito editorial El poder del pensamiento tenaz, (Ediciones
Grijalbo, Barcelona, 20' edición, 1981). En su libro, Norman Vincent Peale se esfuerza por inducir al lector a
mejorar su personalidad. Para ello, cita directamente la Biblia en la que creen estas personas. He aquí algunas
de las citas que utiliza el doctor Peale (y que seria conveniente aprender de memoria)
Tal como piensa en su corazón, así es el hombre.
Ya ha visto usted varias telarañas mentales que le hemos descrito. Algunas de ellas son:
1. Negativas: (a) sentimientos, (b) emociones, y (c) pasiones; (d) hábitos, (e) creencias y (f) prejuicios.
2. Ver tan sólo la paja en el ojo ajeno.
3. Discusiones y malentendidos provocados por dificultades semánticas. 4. Falsas conclusiones debidas a falsas premisas.
5. Palabras o expresiones generales o bien restrictivas, así como premisas básicas o bien secundarias.
6. La idea según la cual la necesidad conduce a la falta de honradez.
7. Pensamientos o hábitos deshonestos.
8. El temor de que sea sacrilego utilizar los poderes de la mente.
1. Negativas: (a) sentimientos, (b) emociones, y (c) pasiones; (d) hábitos, (e) creencias y (f) prejuicios.
2. Ver tan sólo la paja en el ojo ajeno.
3. Discusiones y malentendidos provocados por dificultades semánticas. 4. Falsas conclusiones debidas a falsas premisas.
5. Palabras o expresiones generales o bien restrictivas, así como premisas básicas o bien secundarias.
6. La idea según la cual la necesidad conduce a la falta de honradez.
7. Pensamientos o hábitos deshonestos.
8. El temor de que sea sacrilego utilizar los poderes de la mente.
Hemos visto por tanto que existen muchas variedades de telarañas mentales: algunas son pequeñas y otras
grandes, algunas son débiles y otras resistentes.
Y, sin embargo, si elabora usted una lista adicional de las suyas propias y después examina detenidamente
los hilos de cada una de las telarañas, comprobará que todas ellas han sido tejidas por la AMN.
Y si reflexiona cuidadosamente acerca de ello, se dará cuenta de que la telaraña más fuerte que teje la
AMN es la telaraña de la inercia. La inercia le induce a no hacer nada; o, en caso de que esté
siguiendo un camino equivocado, le impide ofrecer resistencia o bien detenerse. Y usted sigue
adelante.
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