lunes, 17 de junio de 2013

¡DÍA A DÍA ME ESTOY HACIENDO CADA VEZ MÁS RICO EN TODA LOS SENTIDOS! - I

Empecemos acompañando a Bill McCall de Sidney, Australia, en un viaje desde el fracaso y la derrota hasta el éxito y los logros. A la edad de diecinueve años, Bill estableció su propio negocio de cueros y pieles. Fracasó. A la edad de veintiún años se presentó como candidato al Congreso federal. Y una vez más fracasó. Parece ser, sin embargo, que estas y otras derrotas indujeran a este joven australiano a desarrollar un descontento inspirador. Y entonces empezó a buscar las normas del éxito. 
Ocurría que Bill McCall deseaba hacerse rico y que podría encontrar las pautas para hacerse rico en los libros de inspiración. Mientras examinaba la sección de libros de inspiración de la biblioteca, a Bill le llamó la atención el título Piense y hágase rico: Pidió el libro y empezó a leerlo. Lo leyó una vez y después volvió a leerlo. Y, aunque lo leyó una tercera vez, no acertaba a comprender exactamente de qué manera podría aplicar los principios mediante los cuales algunos de los hombres más ricos del mundo lían adquirido sus riquezas. 
Y nos dijo: «Estaba leyendo Piense y hágase rico por cuarta vez mientras paseaba tranquilamente por una calle comercial de Sidney. ¡Y entonces ocurrió! Ocurrió de repente. Me detuve frente al escaparate de una carnicería y levanté los ojos. Y, en aquella décima de segundo, tuve un destello de inspiración.» Sonrió y siguió diciendo: «Exclamé en voz alta: "¡Ya está! ¡ Ya lo tengo!" Me sorprendió mi propio estallido emocional. También se sorprendió una señora que pasaba, la cual se detuvo a mirarme con asombro. Me apresuré a regresar a casa con mi nuevo descubrimiento. » Después añadió muy serio: «Entonces estaba leyendo el capítulo cuarto titulado Autosugestión. El subtítulo decía: El medio para influir en el subconsciente. «Ahora recuerdo que, cuando yo era pequeño, mi padre solía leer en voz alta el librito de Emile Coué Autodominio a través de /]a autosugestión consciente.»
Miró a Napoleón Hill y dijo: «Fue usted quien señaló en su libro que, si Emile Coué había conseguido que las personas evitaran la enfermedad y los enfermos recuperaran la salud por medio de la autosugestión consciente, la autosugestión también se podría utilizar para adquirir riquezas o cualquier otra cosa que uno pudiera desear. "Hágase rico a través de la autosugestión": éste fue mi gran descubrimiento. Para mí fue un nuevo concepto». McCall describió después los principios. Casi parecía que se los hubiera aprendido de memoria a partir del libro. «Miren, la autosugestión consciente es el medio de control mediante el cual un individuo puede alimentar voluntariamente su subconsciente con pensamientos de carácter creador o, por negligencia, permitir que los pensamientos de carácter destructivo se abran camino hasta el rico vergel de su mente. 
«Cuando lees en voz alta dos veces diariamente la expresión escrita de tu deseo de ganar dinero con emoción y atención concentrada, y ya te ves y te sientes en posesión del dinero, comunicas el objeto de tu deseo directamente al subconsciente. Mediante la repetición de este procedimiento, creas voluntariamente unos hábitos mentales favorables a tus esfuerzos de convertir el deseo en su equivalente monetario. 
«Permítanme repetirlo: es muy importante que, cuando se lee en voz alta la expresión escrita del deseo mediante la cual se intenta desarrollar una "conciencia monetaria", se haga la lectura con gran emoción y sentimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario