lunes, 24 de junio de 2013

ALGUNOS CONOCIMIENTOS PUEDEN SER PELIGROSOS.

Acabamos de explorar algunas de las fuerzas invisibles debidas a causas físicas conocidas. Entremos ahora en el reino de lo desconocido, en el emocionante campo de fenómenos psíquicos tales como: 
1. PES (percepción extrasensorial)... conciencia o bien reacción ante un acontecimiento o influencia ex- terna no captada por medios sensoriales. Entre ellos se incluyen (a) Telepatía... transferencia de pensamientos. (b) Clarividencia... capacidad de discernir objetos no perceptibles por los sentidos. (c) Precognición... visión del futuro. (d) Postcognición... visión del pasado. 
2. Psicocinesis... efecto de la mente sobre un objeto. Pero seamos realistas y mantengamos los pies firmemente apoyados en el suelo. ¡Exploremos lo desconocido con sentido común! Correrá usted peligro a menos que utilice la lógica y evite los efectos de sus «telarañas» mentales. Los hechos deberían ser los pontones que le permitieran cruzar el río de la duda. Por consiguiente, deje que un guía experto le dirija por caminos seguros. Le vamos a presentar a este guía. Pero antes, hablemos del pasado. El famoso libro de Thomas J. Hudson La ley de los fenómenos físicos se convirtió en un gran éxito editorial al ser publicado en 1893. La obra contenía descripciones de emocionantes experiencias psíquicas. La imaginación efe decenas de millares de lectores se sintió estimulada. Algunos de ellos estaban preparados para el acontecimiento, pero otros no. A partir de entonces, el interés del público por los fenómenos psíquicos fue aumentando rápidamente. Sin embargo, muchas personas que no estaban debidamente preparadas se perjudicaron a sí mismas llegando incluso a perder la razón. Ello se debió al espanto y al interés magnético que algunos conocimientos acerca de los poderes psíquicos generaron en ellas. Algunas personas no adecuadamente instruidas, inmaduras mentalmente y no muy bien equilibradas emocionalmente, tienen una clara tendencia a sentirse fascinadas por este intrigante estudio. Es fácil comprender por qué tantos dirigentes religiosos, científicos y personas responsables del bienestar de la población han anatematizado el estudio de los fenómenos psíquicos: 1. Las imaginaciones se desbordaban y amenazaban la cordura de la gente. 2. La realidad y la ficción no se distinguían entre sí. 3. El hipnotismo practicado por aficionados y artistas de variedades, así como los engaños y los fraudes practicados por faquires, médiums y charlatanes, abusaban de la mente del público. 4. Los principios religiosos fundamentales se encauzaban hacia el mal. Cualquier cosa asociada con los fenómenos psíquicos resultaba repelente y era tabú. A pesar de los peligros y tabúes y del ostracismo social o profesional, hubo hombres valientes, honrados y sensatos que exploraron la verdad. Pero fue la prolongada y valerosa lucha del doctor Joseph Banks Rhine, perteneciente en otros tiempos a la Universidad de Duke, con el estímulo y la ayuda de su esposa, la doctora Louisa E. Rhine, lo que dio un enfoque respetable al estudio de los fenómenos psíquicos. Ello se debió al intachable carácter del doctor Rhine y a sus 30 años de experimentos controlados de laboratorio basados en leyes matemáticas. Su tarea fue muy difícil porque los fenómenos psíquicos espontáneos no suelen producirse en un laboratorio. Tales fenómenos ocurren cuando menos se espera y, a menudo, cuando una persona se encuentra en un estado de gran tensión emocional o se ve dominada por un intensificado deseo obsesivo... coincidiendo con frecuencia con la muerte de algún ser querido.

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