jueves, 30 de mayo de 2013

DEVOLVIÓ LA FELICIDAD A SU HOGAR. - I

Cuatro semanas más tarde, en el transcurso dé una reunión en privado, el instructor le preguntó al alumno «¿Cómo anda su problema?» « ¡ Está resuelto! «¡Estupendo! Pero, ¿cómo lo ha conseguido?» «He aprendido lo siguiente: 
Cuando me en enfrento con un problema que implica malentendidos con otras personas tengo que empezar primero por mí mismo. Al examinar mi propia actitud mental, descubrí que era negativa. Resultó que el problema no estribaba en mi mujer... ¡sino en mí mismo! Al resolver mi problema, descubrí que ya no tenía ninguno con ella.» ¿Qué hubiera ocurrido si Sócrates se hubiera hecho la siguiente reflexión: «Cuando me enfrento con un problema que implica un malentendido con Xantipa, tengo que empezar primero por mí mismo»? ¿Y qué ocurriría si usted se dijera: 
«Cuando me enfrento con un problema que implica un malentendido con otra persona, tengo que empezar primero por mí mismo»? ¿Sería su vida más feliz? No obstante, hay otras muchas telarañas que obstaculizan la felicidad. 
Y lo más curioso es que el mayor obstáculo está constituido por el propio instrumento de nuestro pensamiento: las palabras. Las palabras son símbolos, tal como nos dice S. I. Hayakawa en su libro. Descubrirá usted que un símbolo de una palabra puede significar la suma total de una combinación de innumerables ideas, conceptos y experiencias. Comprobará también, a medida que vaya leyendo 
La actitud mental positiva: un camino hacia el éxito, que el subconsciente se comunica inmediatamente con la conciencia mediante símbolos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario