domingo, 17 de marzo de 2013

Vipasana

OTRA MEDITACION apolínea

Así, por ejemplo, intente un ejercicio sumamente simple, que en Oriente algunas escuelas de desarrollo integral llaman vípasana.

Para realizarla puede sentarse en el suelo con las piernas cruzadas, o, si prefiere, relajarse en su sillón favorito, incluso, puede tenderse en la cama o el piso, tratando eso sí de no utilizar cojines o almohadas, de modo que pueda mantener lo más recta posible la columna vertebral.

Una vez que esté cómodo y relajado, siéntase respirar:
perciba el aire, que dilata los orificios nasales, recorre la garganta, la tráquea y penetra profundamente en los pulmones. Luego trate de percibir el movimiento de la espiración.

Es inevitable que durante este proceso de percepción le asalten numerosas imágenes, recuerdos e ideas. Lo fundamental de esta técnica apolínea de meditación es que usted observe dichos pensamientos sin implicarse con ellos, mirándolos simplemente pasar. Son pensamientos, no realidades externas. Si alguno de ellos lo asusta o preocupa en extremo, observe su miedo o preocupación como si fuese un pensamiento más. Poco a poco la imagen esa irá cediendo lugar a un nuevo pensamiento, o imagen. Déjala pasar después de observarla, sin comprometerse con ella y apenas pueda, vuelva a percibir su respiración.

No realice este ejercicio por más de una hora y considérelo como un descanso, un momento diario de la mente destinado a encontrarse con su cuerpo.

Al terminarlo, lo frecuente es sentirse muy descansado y tranquilo. Si consigue hacer de la vipasana una costumbre diaria, ojalá a la hora de la siesta o al atardecer, se sentirá renovado a los pocos días de hacerlo, entonces verá la realidad exterior con mayor objetividad y las imágenes mentales perderán gran parte de su virulencia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario