viernes, 15 de febrero de 2013

Aprenda a conducir su propia actitud


Nuestra actitud es el estado de nuestra inteligencia total en un momento dado.

Nuestra actitud interior es el estado de nuestra mente subconsciente y si es negativa puede provocarnos muchas dificultades; sin embargo, si la mantenemos positiva y amorosa, puede abrirnos muchas puertas y hacernos recorrer muchos caminos agradables y satisfactorios.

En la disciplina de la inteligencia emocional aprendemos a conducir varios aspectos de nuestra mente de manera voluntaria y consciente; aprendemos a conducir nuestra comunicación, nuestros estados de ánimo, nuestro cuerpo emocional, el tamaño de nuestro campo áurico y, para el caso de hoy, nuestra actitud.

Nuestra actitud se forma por las opiniones internas que tenemos de las personas, de las cosas y de las situaciones y cuando uno aprende a revisar sus opiniones que tiene respecto a cualquier cosa, puede analizarlas y modificarlas o mejorarlas si fuera necesario.

Para que usted querido amigo o usted querida amiga descubra el tremendo poder que habían tenido nuestras opiniones sobre nosotros mismos, analice la opinión que tiene de alguna persona negativa de su familia y haga conciencia del malestar que siente casi de inmediato; ahora, de manera voluntaria, genere una nueva opinión acerca de esa persona y asegúrese de que la misma sea positiva y un poco amorosa y luego vuelva a tomar conciencia de las nuevas sensaciones y sentimientos que emergen de su nueva opinión, luego obtenga una nueva conclusión. Usted puede hacer eso con todas sus opiniones que le hacen sentir mal o que le conducen a la negatividad, ¿verdad…?

La idea de tomar conciencia de nuestras opiniones formadoras de actitudes y la posibilidad de analizarlas para aprender a formar opiniones nuevas y conscientes tiene una cualidad sorprendente en el mundo de las relaciones y comunicaciones del hogar: su aplicación persistente durante un período significativo como una o dos semanas permite el renacimiento de los buenos sentimientos y de las emociones positivas, aparte de la aparición de una nueva conciencia.

La conciencia de que se puede controlar, conducir y mejorar la calidad de las opiniones que se van formando como consecuencia de las relaciones y comunicaciones normales y sustituirlas por opiniones deliberadamente creadas que nos llenen de positividad, de una nueva luz en el alma y de una chispa continua de alegría, que siempre es mejor que el antiguo hábito de hablar, criticar y opinar olvidando que la mayor parte de la energía de las críticas se queda en la persona que critica convirtiendo las relaciones y comunicaciones del hogar en presa fácil de las energías negativas que promueven las peleas, los conflictos y las actitudes negativas que destruyen los mejores momentos y a las parejas que podrían ser tan felices si supieran tomar en cuenta el valor real de una relación en la vida de nosotros, los seres humanos.

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