domingo, 9 de diciembre de 2012

La depresión


Noche oscura, agonía lenta, soledad desolada, desga­na infinita, tedio mortal..., y la letanía podría continuar sin fin. Es la depresión. La llaman también melancolía. No hay sufrimiento que se le pueda equiparar.
    Frecuentemente me he encontrado con personas aquejadas de diversos síntomas y grados de depresión. Y he sufrido viendo cómo sufrían. He sentido en mi propia carne el aguijón de la impotencia no pudiendo hacer nada, casi nada, por ellas. Cuatro o cinco perso­nas, excelentes criaturas, a quienes yo había ayudado largamente, en un momento de crisis aguda optaron por renunciar a la vida. A lo largo de los años he ido llenando innumerables páginas con observaciones y apuntes sobre este estigma de la humanidad contemporánea.

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