En los tiempos que vivimos, de inseguridad social y jurídica también, de irrespeto a muchas normas, comenzando por las del tránsito vehicular (por citar algo) para terminar en las que corresponden al trato de las convivencias sociales, considero que es conveniente hacer un alto, como cuando se está recorriendo un largo camino, para mirar hacia atrás y adelante, y capitalizar energías.
Una de las normas más violadas, en ese orden, es la del respeto a los demás, que tiene que ver con los derechos y valores de las personas.
Decía un profesor que el respeto por la persona en su totalidad implica escuchar las opiniones de los demás, sus sentimientos, sus tiempos, su espacio físico. En el corazón de la frase ‘respetar a los demás’ se encuentra la ‘regla de oro’ que se resume en aquel dicho común: Trata a los demás como te gustaría que te traten a vos. O también, no hagás a los otros lo que no te gustaría que te hagan a vos.
En la escuela se enseña que el respeto es una de las bases sobre la cual se sustenta la ética y la moral en cualquier campo y en todas las épocas.
El respeto es aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender su forma de pensar aunque no sea igual que la nuestra, aunque según nosotros está equivocado. Respetar y aceptar la forma de ser y pensar de los demás.
Es aceptar y comprender al humilde y al engreído, al pobre y al rico, al sabio y al ignorante sin importar su condición.
¿O qué dicen ustedes? Espero sus opiniones.
Oswaldo
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