jueves, 29 de noviembre de 2012

Combate el miedo a las agujas

A nadie le gusta el pinchazo de una amenazante aguja en los brazos o en los muslos; mucho menos a los niños, que antes de los dos años de edad deben someterse a constantes vacunas y controles médicos para garantizar su futura buena salud.

“Mi hijo de un año y medio ya no quiere ir a sus controles porque en dos ocasiones lo lastimaron cuando le aplicaban sus vacunas”, señala Carmen, madre y ama de casa de 27 años.

El perinatólogo pediatra Juan Enrique Wantig explica que todos los médicos especialistas y encargados de suministrar una vacuna deberían saber que lo importante es crear un clima agradable y de confianza antes de proceder. “No debemos dejar en sus recuerdos experiencias feas; todo lo contrario, debe ser agradable y muy fácil conseguir este propósito gracias a los distractores”.

Si bien los nervios en las personas pueden captar la sensación del frío y del dolor, no lo hacen a la vez, porque uno inhibe al otro. “Por eso, cuando el niño va a recibir una vacuna, lo mejor que se puede hacer es poner algún objeto frío en la parte donde recibirá el pinchazo (por ejemplo una bolsita con hielo o un instrumento metálico) para que sus nervios se concentren en esa sensación y, como respuesta, no sentirá el pinchazo. El cuerpo asumirá que simplemente se le puso algo mucho más frío”, explica el especialista.

Wantig agrega que también existen analgésicos en crema que se absorben por medio de la piel. “Se aplica un poco en el muslo o el brazo, se espera unos segundos antes de introducir la aguja y la piel quedará adormecida”.

Ante todo, debes evitar que esta acción resulte un tormento, porque la siguiente vez se iniciará con un llanto incontrolable.

Hay una etapa en la que los padres de familia deben cumplir al pie de la letra con el cronograma de vacunas para evitar la poliomelitis, coqueluche, difteria, sarampión y otras enfermedades muy peligrosas. “Por eso el niño debe familiarizarse con este tipo de tratamiento y lo debe tomar siempre con calma y sin dolor”, recomienda el galeno.

Otra cosa que se puede hacer antes de someter al niño a la vacuna es distraerlo con algún juguete de su preferencia, sonidos extraños, cantos, cuentos, risas, caras chistosas, haciéndole tomar aire o cualquier cosa que se te pueda ocurrir para hacer más fácil ese momento, sugiere la psicóloga Mónica Soliz.

Set médico

Cuando los niños pasan los siete u ocho meses y ya distinguen mejor las cosas, puedes empezar por comprarle un set de médico y jugar al doctor. Con creatividad puedes hacer que tu hijo vea con normalidad esta ocupación.

Experiencia

La primera impresión de la experiencia será la que perdurará a lo largo de su crecimiento, al menos los primeros dos años de vida. No permitas que esta experiencia sea traumática para el pequeño.

Calma

Para que tu hijo no tenga miedo, es importante que le transmitas calma. Si papá o mamá se ponen más nerviosos con la aguja, el niño lo percibirá.

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