miércoles, 31 de octubre de 2012

Revolución del alma

Aristóteles, filósofo griego, escribió este texto en el año 360 A.C. Nadie es dueño de su felicidad, por eso no entregues tu alegría, tu paz y tu vida en las manos absolutamente de nadie. Somos libres, no pertenecemos a nadie y no podemos querer ser dueños de los deseos, de la voluntad, o de los sueños de quien quiera que sea.
La razón de tu vida eres tú mismo. Tu paz interior es la meta de tu vida. Cuando sintieres un vacío en el alma, cuando creyeres que aún te está faltando algo, aún cuando tengas todo, envía tus pensamientos hacia tus deseos más íntimos y busca la divinidad que existe en ti. Deja de poner tu felicidad cada vez más lejos de ti.
Si andas desesperado por problemas financieros, amorosos, o de relaciones familiares, busca en tu interior la respuesta para tranquilizarte. Tú eres el reflejo de lo que piensas a diario.
Deja de pensar mal de ti mismo y sé tu mejor amigo siempre. Sonreír significa aprobar, aceptar, felicitar. Con una sonrisa en el rostro, las personas tendrán la mejor impresión de ií, y tú estarás afirmando para ti mismo, que estás ‘cerca’ de ser feliz.
Trabaja, trabaja mucho a tu favor. Deja de esperar la felicidad sin hacer esfuerzos. Deja de exigir a las personas aquello que ni tú has conquistado todavía.
Critica menos, trabaja más. Y, no te olvides nunca de agradecer. Agradece todo lo que está en tu vida en este momento, inclusive el dolor.
La grandeza no consiste en recibir honras, sino en merecerlas.

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