jueves, 11 de octubre de 2012

El Síndrome de Diógenes es un trastorno por el que las personas que viven solas juntan cerros de objetos inútiles



La soledad es la principal enemiga de Margarita. A sus 70 años está a punto de perder al compañero de toda su vida. Él ha ido soportando todos estos años el vivir sobre cajas, cartones, periódicos, plásticos, trozos de madera y una serie de objetos que ocupan todos los ambienters de su casa, pero este caos ha colmado su paciencia y está dañando el amor que siente por ella. “Me ha pedido que me deshaga de todo o, de lo contrario, se alquilará una habitación lejos de mí”, se queja Margarita.

Este desorden afecta la relación que tiene con sus seres queridos, quienes optan por abandonarlos antes de vivir en medio de lo que consideran basura.

Margarita padece del Síndrome de Diógenes, un trastorno del comportamiento que afecta, generalmente, a las personas de la tercera edad que viven solas. Son personas que se abandonan totalmente, dejan de lado el aseo y la socialización. Se aíslan voluntariamente en su casa y acumulan grandes cantidades de basura y objetos inútiles.

El psiquiatra Fernando Garitano asegura que esta práctica es común en la sociedad en los últimos tiempos. “Estudios confirman que tres de cada 100 personas de la tercera edad practican la acumulación de objetos inservibles”.

El especialista señala que la intervención para tratar ese trastorno dependerá de la causa. Hay que ver si hay una depresión por abandono o si se está desarrollando demencia (trastorno mental), así se sabrá si amerita un tratamiento psiquiátrico o quizá sólo se trate de una opción que ha elegido la persona ante la soledad que siente por alguna pérdida significativa.Una vez que se ha confirmado la causa, es tarea de la familia hacer que el acumulador reconozca que lo que hace no es normal y que, por lo tanto, tiene un problema que resolver. Si la familia no lo consigue, debe buscar un especialista para trabajar en equipo.

“Se debe iniciar una intervención de orden social, inicialmente, y los psicólogos y/o psiquiatras, con la ayuda de la familia, deben ayudar a que la persona tenga nuevamente vínculos afectivos”, dice Garitano.

Se puede, por ejemplo, conseguir una mascota para que conviva con el afectado, con frecuencia esto coadyuva a que la persona establezca nuevos lazos emocionales y tenga un motivo de preocupación. Otro punto importante es que si le queda familiares de primer grado, éstos se den el tiempo necesario para compartir espacios con el acumulador y conseguir que su grupo social se expanda.

La psicóloga Sonia Gottret señala que las personas por lo general adultas, hombres o mujeres, empiezan a acumular cosas sin darse cuenta. “Primero una cajita, después dos, luego les sirve cualquier caja de cartón y cuando se dan cuenta, la casa está repleta de cosas inservibles”.

La profesional coincide con Garitano en que la pérdida de algún ser querido puede ser la causa. “Empecé comprando carteras, luego fueron los zapatos, después gafas y al final ya no había espacio en el clóset”, cuenta Carmen, una profesora de 52 años que ahora tiene problemas con sus hijas adolescentes, que siempre se quejan por la falta de espacio para caminar libremente.

Para corregir este síndrome es necesario que la familia esté dispuesta a colaborar a la persona que lo padece. La psicóloga aconseja a los hijos, esposo, padre o madre del acumulador, que lo ayuden primero a reconocer que no está bien lo que hace.

Estos objetos que tienen tanto valor para quien los acumula, no son más que una montonera de cachivaches que ocupan cualquier rincón de la casa y que pueden dañar la salud de quienes comparten el lugar. “Despojos, aparatos inútiles, torres de papel, peluches, juguetes, envases de vidrio, plásticos, aluminio y otros que no tienen utilidad, atraen enfermedades porque están llenos de polvo por falta de limpieza”. Así que si notas que algo así le está pasando a alguno de tus seres queridos o a ti, ponte alerta y habla del asunto a tiempo. Aislamiento

Garitano señala que el factor asociado a esta conducta es el aislamiento, aunque para ellos resulta una actividad interesante. “No se trata de un trastorno por conducta impulsiva, sino de una forma de vida que se ha elegido. De todos modos, hay que ayudar a controlar el problema”.

Anormal

Otra posibilidad es que la persona que lo padece tenga alguna idea anormal psicopatológica, una especie de delirio que lo hace desvariar.

Síndrome

El acumulador impulsivo no sufre una enfermedad, tiene un síndrome que implica un grupo de conductas y síntomas asociados a una causa; por lo general, el abandono o la soledad.

Fuente: Fernando Garitano, psiquiatra y Sonia Gottret, psicóloga.

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