- Cada persona, cada ser humano dispone de una serie de opciones de estados tanto mentales como emocionales dentro de los cuales puede vivir y experimentar su día de vida.
- En general, las opciones con las cuales se podría obtener placer, son opciones no ecológicas que contaminan y envenenan el organismo y la mente de las personas y cuyo costo se debe pagar después con estados de resaca, dolor de conciencia y una vida resignada y mediocre.
- De manera mental o verbal, también vamos envenenándonos nosotros mismos con nuestra manera negativa de hablar, de pensar o de sentir, y los efectos o consecuencias de corto, mediano y largo plazo, no se dejan esperar: nuestro cuerpo se vuelve proclive a las enfermedades, a los dolores y a los síntomas que nos quitan la alegría y la felicidad de vivir, de aprender y de existir.
- La contaminación de sustancias tóxicas, tanto físicas como mentales, termina por realizar su mortífero efecto, el individuo queda disminuido y agredido por alguna dolencia o alguna enfermedad y no podía ser de otra manera pues la aparente alegría y satisfacción de un adicto no puede compararse con la íntima satisfacción de alguien que va por la vida haciendo sus intentos para mejorar y para superarse en su propia vida.
- Se me ha ocurrido inventarme un estado mental que pueda producir un efecto desintoxicador de limpieza, tanto en el nivel corporal como en el nivel mental, al cual he decidido llamar “El estado purificador”.
- El primer paso para poder incorporar este estado en nuestra forma de vivir consiste en memorizar el nombre: “Mi estado purificador”, el cual debe ser escrito o repetido muchas veces y comenzar a desarrollar la idea de que un día de purificación en nuestras vidas puede producir un efecto benéfico creciente; una farra a la que usted se falte, una borrachera menos, un día sin envenenarse los pulmones con cigarrillos, un día en que nos abstengamos de hablar mal de los demás o de lo que sea, puede marcar una buena diferencia en nuestra vida.
- Si le damos unas cuantas oportunidades a nuestro organismo para que pueda reponerse de los semanales envenenamientos y de las constantes imágenes y pensamientos negativos a los que está expuesto, éste, nuestro organismo y nuestro ser en general, podrían comenzar a recuperar su fortaleza corporal, su valor moral y su positividad creadora natural capaz de lograr una mejora sustancial de nuestro organismo en general y producir un estado de salud más firme y confiable, que se manifieste no solo en el cuerpo de la persona sino, también, en las comunicaciones que mantienen y nutren nuestra familia y nuestro hogar.
- “Estoy en estado purificador y siento las mejoras verdaderamente”, puede pensar nuestro amable lector o nuestra querida lectora y “Y puedo mantenerme en él cada vez más tiempo”.
- Cuando nuestra mente comienza a enfocarse y concentrarse en este estado purificador y se compromete con él a través de una decisión de evitar algunas veces las oportunidades que más que oportunidades nos imponen como obligaciones, puede decir “no” a los compromisos que nos obliguen a envenenar e intoxicar nuestro cuerpo y entender que nunca estamos obligados a los mismos, solo nos lo hacen creer, por lo tanto, podemos decir “no” las veces que queramos y decidir hacer cosas más constructivas con nuestro tiempo y con nuestra vida.
- Afirmación para activar la ley de atracción: “Atraigo paz y fortaleza interior a mi vida y a mi hogar”
- Nota importante: Los programas de cambio y mejoramiento de las conductas de 12 días producen personas positivas y sensatas capaces de responsabilizarse de sus vidas, estudios o asuntos con las habilidades mentales y corporales que se aprenden.
- Los problemas sólo se resuelven cuando se los afronta con seguridad.
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