jueves, 21 de junio de 2012

DESPUÉS DE LA MUERTE


El emperador mandó llamar al maestro zen Gudo a su presencia.
- Gudo, oí decir que usted es un hombre que todo lo comprende -dijo el emperador. - Me gustaría saber qué le sucede al hombre iluminado y al pecador, después de la muerte.
- ¿Cómo puedo saberlo? -respondió Gudo.
- Pero, al final de cuentas, ¿no es usted un maestro iluminado?
- Sí, señor. ¡Pero no soy un maestro muerto!

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