jueves, 17 de mayo de 2012

Lenguaje no sexista CONFERENCIA EN EL COLEGIO

Finalmente llegó el día señalado, los ánimos se habían apaciguado y todos aguardaban con expectativa aquella explicación sobre el “lenguaje sexista”. Hechas las presentaciones de rigor, el conocedor del tema, enviado por ese medio de comunicación oral, comenzó diciendo:

EXPERTO.- Gracias por haberme invitado, reciban un saludo cordial señoras y señores, espero que ésta sencilla exposición les sirva de mucho a ustedes para que puedan socializarla en los diversos sitiales en los cuales ustedes se desenvuelven cotidianamente.

- Bien, se dice que nuestro lenguaje español, o castellano, como prefieran, es sexista. ¿Y saben por qué? Porque de una u otra manera relega a las mujeres; no sé si ustedes han advertido aquello, sin embargo es evidente y cierto.

- Consideramos generalmente que el lenguaje español es sexista, pero lo que no tenemos en cuenta es que realmente lo que es sexista es el “uso” que hacemos del mismo. Por ejemplo, siempre exclamamos “Consulte con la señorita”, cuando lo más correcto es que para dirigirse a cualquier mujer se debe llamarla por su nombre y apellidos.

- Pues bien, el uso de términos masculinos bajo la apariencia de que engloba a mujeres y hombres, es frecuente en nuestro medio. Me explico con el siguiente ejemplo: En el colegio están recaudando vituallas para los damnificados por las lluvias, y siempre se escuchará manifestar “…para lo que se requiere la colaboración de todos los profesores”, lo cual es incorrecto, o sea sexista, cuando lo correcto debiera ser “…para lo que se requiere la colaboración de las y los profesores”. Esto de por sí ya le da su debido lugar a la mujer, denota equidad de género y se puede decir hasta consideración.

- Entonces, la manera de evitar el sexismo es usando siempre el femenino en cargos, profesiones, ocupaciones, títulos y rangos, siempre que la lengua ofrezca esa posibilidad, y no usar el masculino en un sentido genérico, como sucede con el término “hombre” para designar a toda la humanidad.

UNA MAMÁ.- Disculpe licenciado, entonces cuando nos dicen “ustedes los dirigentes vecinales tienen que coadyuvar para mejorar la zona” ¿está mal dicho? Porque sepa usted que la mayoría en nuestra directiva somos mujeres.

- Gracias por la pregunta, en efecto, es como usted dice, lo correcto es: “Ustedes, las y los dirigentes vecinales tienen que coadyuvar para mejorar la zona”.

- Yendo a otro ejemplo, sobre este momento, todos dirán, porque aún no han puesto en práctica el uso del lenguaje no sexista: “los asistentes a esta charla están muy interesados”, con lo que siempre se denota lo masculino, relegando lo femenino, por lo que lo correcto debe ser “Las y los asistentes a esta charla están muy interesados”.

- Ahora bien, en otro ejemplo digamos que se suele decir “todo gremial paga patente”, y en el lenguaje no sexista siempre será más conveniente decir “cada gremial paga patente”, aclarando así que la totalidad no es de puro varones.

UN PAPÁ.- Licenciado, sobre éste momento le pregunto, está bien dicho ¿entre los asistentes había gente de todo oficio?

- Claro que no, lo correcto es: “Entre quienes asistieron había gente de todo oficio”. Ustedes pueden advertir que de esa manera dejamos de lado lo exclusivamente masculino.

OTRA MAMÁ.- Señor Licenciado, cómo se debe decir sobre los discapacitados, pues hasta en la televisión se escucha todos los días cuando sus locutores dicen: “la marcha de los discapacitados; la vigilia de los discapacitados”, y personalmente a mí me parece que está bien.

- Gracias por su interés. La manera correcta es: La marcha de las personas con discapacidad; la vigilia de las personas con discapacidad. Como ustedes podrán advertir, ese lenguaje es nomás sexista, y por tanto, invisibiliza, oculta y presenta a las mujeres como seres dependientes y subordinadas.

- Además quiero que sepan que el uso no sexista del lenguaje no es algo pesado, es una cuestión de costumbre nada más. Siempre dando ejemplos, ya no se tendrá que decir “el hombre” para referirse a va-rones y mujeres, sino “persona o ser humano”. Tampoco “el cuerpo del hombre” con esa misma finalidad, sino “el cuerpo humano”.

- Estas pues son las recomendaciones para hacer un uso no sexista del lenguaje.

OTRO PAPÁ.- Siga nomás licenciado, porque le juro que está interesante.

- Otra manera para dejar de lado el len-guaje sexista, es evitando los artículos, como en los siguientes ejemplos: El que sepa conducir; esto está mal, y más bien se debe decir “Quien sepa conducir”. O, “Los que tengan”, siendo lo correcto “Quie-nes tengan”; “Quienes piensen” por “Los que piensan”.

- ¿Y bien, no están cansados? Aunque les estoy dando simplemente nociones, y eso que el tema amerita mucha profundi-dad, pero es imposible abarcar todo en una sola reunión como la presente. Re-queriríamos mayor tiempo y preparación.

UNA PROFESORA.- A mí me parece que todo está muy bien, pues incluso todos las y los profesores, estamos aprendiendo mucho.

OTRA MAMÁ.- Si pues, bien lindo está, y veo que hasta las profesoras están apren-diendo (Risas entre los asistentes)

DIRECTOR.- Ya ven que esta charla era muy, pero muy necesaria.

OTRO PAPÁ.- De veras que está muy interesante, y a nombre de todas y todos, quiero agradecerle licenciado y felicitarlo muy efusivamente.

- Gracias, muchas gracias, advierto que todos, como alguien dijo, le han pescado “el hilo” y el uso del lenguaje no sexista ya se deja escuchar y sentir. (Murmullos de asentimiento)

- Quiero decirles antes de concluir que también hay reglas para la formación de femeninos. Por ejemplo, siempre en base a ejemplos, y disculpen por la redundancia: Los nombres que acaban en “o”, admiten “a”; es el caso de “Autónomo”, en femenino “Autónoma”. Mientras que los nombres que acaban en consonante, añaden una “a”. Ejemplo. Concejal/Concejala.

- Por otra parte, los nombres que acaban en “e” no cambian, el género lo marca el artículo, como en el caso de: El director gerente/la directora gerente. Asimismo, los nombres que acaban en “o” no cambian, pues reitero que el género lo marca el artículo, como “El piloto”/”La piloto”. Y final-mente, los nombres que acaban en “a” no cambian, el género lo marca siempre el artículo; como ejemplo: El poeta/La poeta.

- Manifestarles finalmente que se entien-de por uso sexista de la lengua aquel que desprecia o desvalora a uno de los dos sexos, siendo esta situación más habitual en el caso de las mujeres; mientras que por uso androcéntrico de la lengua se entiende aquel que no hace visible o hace difícil imaginar la presencia de las mujeres en un ámbito determinado.

- Por otra parte, hacer hincapié en que, como está escrito en un manual, un uso androcéntrico del lenguaje presenta al varón y lo masculino como si fuera el ser humano en general, establece una perspectiva que excluye y oculta a las mujeres y lo femenino. Distingue también al varón y a lo masculino como el ser humano universal estableciendo una jerarquía que muestra como inferior a las mujeres y lo femenino en general. Aguardo que les haya sido de mucha utilidad, y no me queda más que decirles ¡muchísimas gracias!

Un cerrado aplauso fue el corolario a esa exposición sobre el uso del lenguaje no sexista, constituyéndose ese colegio en el primer establecimiento educativo que llevaba adelante semejante “prueba piloto”, al decir de “la Dirección” conjuntamente las y los profesores. El objetivo del experimentado maestro había sido cumplido con creces. En uno de los rincones del salón de reuniones, el “venerable”, como lo llamaban o calificaban algunos que no supieron comprender sus nobles ideales, dejó escapar algunas lágrimas de emoción. ¡La tarea, había sido ejecutada a cabalidad!

("Lenguaje no sexista" está contemplado dentro del Programa Marco Interuniversi-tario para la Equidad y la Cohesión Social de las Instituciones de Educación Superior, Riaipe3, y el Programa Alfa3 de la Unión Europea).

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