jueves, 17 de mayo de 2012

Errar es humano…

“Errar es humano, perdonar es divino”… Tarde o temprano, llegará el momento en que tengas que ofrecer una disculpa o recibir una disculpa; nadie está libre de una equivocación. Veamos cómo manejar ambas situaciones elegantemente.

Ofrecer una disculpa:

Pide disculpas en persona. Si no es posible, también puedes expresarlas vía teléfono o en una tarjeta, pero nunca utilices el email, no es una forma sincera.

Sé sencillo. La mejor manera y más efectiva de pedir una disculpa es ser oportuno; no esperes mucho tiempo. Sé directo y sencillo. Cuida el tono y haz contacto visual con la persona y expresa tu disculpa.

Sé sincero. Ofrece una disculpa expresando franqueza y sinceridad del verdadero arrepentimiento. No utilices la palabra “pero”; “Lo siento, pero…”. La disculpa tiene que ser real y debe tener un cierto remordimiento de tu parte y un intento de justificar la mala acción.

Qué decir. Si la ofreces en persona, le dices: “Lo siento por lo que hice, no volverá a ocurrir”. Si tus disculpas son escritas, comienza primero con: “Perdón…”, y una breve descripción de tu arrepentimiento.

Recibir una disculpa:

No interrumpas. Mientras te ofrecen una disculpa, escucha; no interrumpas ni critiques.

Agradece. Ofrece un agradecimiento también sincero por el esfuerzo que la otra persona realizó al reconocer su equivocación.

Qué decir. Si es personalmente, puedes decir “No te preocupes”; “No es gran cosa, no tienes necesidad de disculparte” o “Gracias, que quede en el pasado”.

A mucha gente le cuesta pedir perdón. ¿No sería mejor y más refrescante admitir el fracaso, pedir disculpas de corazón y cambiar el comportamiento? Que tus disculpas sean genuinas y sobre el perdón ¡es realmente divino!

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