viernes, 11 de mayo de 2012

El Prozac y la depresión

DE UNA U OTRA FORMA | LAS DROGAS, NATURALES, PROCESADAS O SINTÉTICAS, FORMAN PARTE DE LA VIDA DE MUCHAS PERSONAS. INDEPENDIENTEMENTE DEL MAL USO QUE SE LES PUEDA DAR, SIRVEN SIEMPRE PARA MITIGAR EL DOLOR, YA SEA DEL CUERPO O DE LA MENTE.

El Prozac salió a la luz pública mundial durante los años 90 cuando Diana de Gales atravesaba una profunda depresión por su divorcio y se filtró la información de que para superar la enfermedad era una fiel consumidora de este fármaco que en realidad es el nombre comercial de la Fluoxetina, un compuesto químico que se considera un gran descubrimiento que revolucionó el campo de la psicofarmacología.

Las primeras investigaciones documentadas sobre sus efectos positivos o negativos en los seres humanos comenzaron en 1974 y corresponden a la científica Eli Lilly and Company, quien en 1987 consiguió autorización de la FDA (Food and Drug Administration de Estados Unidos) para comercializar Fluoxetina bajo el nombre de Prozac, con una licencia de exclusividad que terminó en 2001 y permitió que se masifique.

Muchos pacientes confirman sus grandes beneficios y actualmente es uno de los remedios más usados en todo el mundo para combatir las depresiones moderadas y severas, trastornos obsesivo-compulsivos, ataques de pánico o ansiedad, miedo al rechazo, falta de autoestima, bulimia nerviosa y trastorno disfórico premenstrual.

En los últimos años se emplea esporádicamente para tratar problemas específicos como el alcoholismo, el trastorno por déficit de atención, problemas del sueño (insomnio o narcolepsia), trastorno por estrés postraumático, síndrome de Taurette, tricotilomanía, migrañas, obesidad, trastorno bipolar, síndrome del atracón y algunos problemas sexuales y fobias específicas.



LA SEROTONINA Y FELICIDAD

Para gozar de una buena salud mental, normalmente el cerebro funciona con muchos componentes pero el aumento o deceso de la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, desequilibra notoriamente muchos de sus procesos ocasionando la depresión. La dopamina es responsable de las sensaciones de placer y dolor. La noradrenalina tiene que ver con la energía y la serotonina con el estado de ánimo y el sueño.

Aunque su función en el sistema nervioso central y sus efectos en los cambios de comportamiento es aún objeto de estudio, la serotonina se forma a partir de un aminoácido precursor, el triptófano, que proviene de los alimentos que presentan un alto contenido en proteínas como la carne.

Así, la serotonina está íntimamente relacionada con los trastornos emocionales, y el estado de ánimo y sus bajos niveles en el cuerpo son los causantes de la depresión, problemas para controlar la ira, problemas de sueño, desordenes alimentarios, entre otros.

Específicamente la Fluoxetina actúa bloqueando el transportador de la serotonina en la membrana de las conexiones nerviosas (sinapsis), permitiendo que ésta permanezca mucho más tiempo en el lugar donde ha sido liberada.



El éxito de la Fluoxetina sobre otros medicamentos de la misma familia se debería también a que posee “efectos más activantes” al aumentar los niveles de dopamina y noradrenalina en la corteza prefrontal del cerebro. Este efecto aportaría beneficios sobre la cognición (pensamientos) y las funciones ejecutivas (acciones) y por eso se cree que es eficaz en el tratamiento de la depresión.

Experimentos de laboratorio con ratones ha demostrado ser un importante estímulo para el desarrollo de nuevas neuronas en el cerebro y que sería el factor que alivia la depresión.

La psicofarmacología valora mucho esta droga y atribuye su “popularidad sin precedentes” a que es la “primera molécula antidepresiva con un perfil de seguridad favorable y efectos colaterales bien tolerados”.



LA DEPRESIÓN

Los problemas mentales han existido siempre sólo que su estudio científico y sus posibles tratamientos médicos comenzaron en el siglo XVIII y apenas hasta hace una década la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguraba que cerca de 450 millones de personas en todo el globo habían padecido alguna enfermedad mental que necesitó de atención médica, aunque existe un significativo porcentaje de la población que padece algún tipo de problema pero que no acude por ayuda profesional y tampoco exterioriza sus padecimientos.

En ese sentido, la depresión es el más frecuente trastorno mental a nivel mundial y afecta a hombres y mujeres de todas las edades; sin embargo, existen más riesgos de padecerla en la adolescencia, menopausia y andropausia y cuando se atraviesa por cambios importantes en la vida como la muerte de un ser querido.

La depresión se caracteriza por profundos sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefensión y desesperanza e ideas recurrentes de muerte que en ocasiones pueden llevar al suicidio. En general este mal puede aparecer acompañado de perturbaciones del sueño y alimentación, falta de iniciativa, pérdida de interés por las actividades habituales, falta de concentración, lentitud de ideación y energía decaída, e incapacidad para sentir placer.






EL PROZAC EN BOLIVIA



El psiquiatra cochabambino Jhonny Durandal Montaño confirma que según los datos que maneja, en Bolivia la depresión estaría entre las primeras enfermedades mentales y asegura que aproximadamente el 70 por ciento de los pacientes que acuden a su consulta diaria, padecen algún tipo de depresión y que está relacionada en su mayoría con trastornos de orden afectivo.

Este profesional es bachiller del colegio Don Bosco y titulado en la Universidad Autónoma de México (1991). En 1994 retornó a Bolivia y ha trabajado en la Caja Petrolera de Salud. Ha sido director del Hospital Psiquiátrico San Juan de Dios de Cochabamba (2005-2010) y también es ex presidente de la Sociedad Boliviana de Psiquiatría Filial Cochabamba.

Actualmente es docente de la facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Simón y tiene una consulta privada. Según su experiencia profesional ha tratado satisfactoriamente muchos cuadros de depresión con fluoxetina y dice que mejora el ánimo, la energía vital y disminuye la ansiedad de sus pacientes. Además que no causa dependencia de ningún tipo, puede ser usada por períodos largos de tiempo y es bastante bien tolerada por el organismo.

Sin embargo aclara que no todos los que padecen depresión pueden consumir este fármaco ya que, por ejemplo, estaría contraindicado para una persona con bajo peso porque disminuye el apetito. Durandal Montaño advierte además que su uso debe estar controlado por un profesional ya que el tiempo de ingesta y las dosis varían según el trastorno del que se trate, tomando en cuenta que la depresión tiene varias clasificaciones.

Además de egresar como médico cirujano de San Simón (1985) y obtener su especialidad en psiquiatría en México y haber trabajado como médico psiquiatra en el Instituto Mexicano de la Seguridad Social (1992-1994), Durandal tiene una subespecialidad en psicoterapia médica, es especialista en gestión de calidad y auditoría médica y tiene un diplomado en educación superior. Actualmente también es médico psiquiatra de la Caja Petrolera y presidente del comité de auditoría de esta institución y es presidente de la Fundación para la Salud Mental, Crecimiento Integral y Desarrollo Humano.

Ha escrito el libro “Para salir del dolor” (2006) que ha sido patrocinado por la Asociación Psiquiátrica de América Latina y mencionado en publicaciones especializadas del extranjero. Se reditó el 2008.

No hay comentarios:

Publicar un comentario