domingo, 8 de abril de 2012

Mi casa es tu casa

¿Cómo ser un buen huésped?

Emplea sencillos tips que te doy a continuación para ser un huésped excepcional y para que tanto tú como tus anfitriones, disfruten la visita.

Anuncia tu llegada. Envía con antelación tu itinerario completo de viaje; informa a los anfitriones con quién llegas y por cuánto tiempo te quedas.

Llega con un regalo. Es un lindo gesto ofrecer un obsequio sencillo a los dueños de casa. El regalo no tiene que ser costoso; unas flores, alguna decoración para el hogar, unas velas, un libro que los entregas apenas llegues.

Familiarízate con la casa. No sólo es importante que conozcas las reglas de la casa, sino que las sigas. Pregunta lo necesario; los horarios, costumbres y reglas de la casa, y no se te ocurra fumar dentro.

Sé diligente. Tu cama continuamente bien arreglada, tus pertenencias ordenadas y el cuarto de baño siempre limpio con las toallas perfectamente colgadas.

Sé útil. No te quedes de brazos cruzados, ofrece ayuda como si fueras parte del hogar, ya sea preparando las comidas, limpiando, lavando los platos, yendo de compras, etc.

Come lo que todos comen. En lo posible y a menos que tengas una restricción médica o una dieta especial, trata de comer lo que te han preparado.

Comparte tu calendario de actividades. Mantén informados a tus anfitriones sobre todos tus horarios de llegadas y salidas, tus planes de viaje, actividades, etc., así todos acomodarán sus horarios y necesidades.

Actividades. Trata de no alterar el movimiento o la rutina de la casa. Si los anfitriones te invitan a un paseo, acepta gentilmente la atención, pero nunca los pongas en apuros.

Tus niños. Si tu visita incluye a tus niños, no olvides cuidar sus modales y enseñarles orden mientras son alojados. Y lleva bastantes juguetes para mantenerlos ocupados.

Antes de partir. Limpia todo, remueve sábanas y toallas para que sean lavadas. Si has incurrido en gastos que no hayas previsto como llamadas telefónicas y otros, deja dinero.

¡Ah, y devuelve las llaves!

Sé agradecido. Agradece a tus anfitriones; escríbeles una nota de agradecimiento o envíala a tu retorno.

Para terminar, no extiendas tu visita. Recuerda el viejo adagio de Samuel Johnson “Los huéspedes, como los peces, después de tres días, apestan”.

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