lunes, 20 de febrero de 2012

Comprando con cortesía

Cada vez que uno va al supermercado encuentra lo mismo; pasillos atestados de carritos, gente bloqueando el paso, largas filas en las cajas. ¡Toda una experiencia! ¿Por qué es así? ¿Qué tan difícil podrá ser el que nuestra experiencia resulte más agradable y placentera? Aquí algunas pautas.

Ven organizado desde la casa – tener una lista a mano agiliza el tiempo de nuestras compras y genera más flujo.

Sé cuidadoso en el parqueo mira por dónde vas, ten cuidado con los peatones, no ruedes el carrito por todo el parqueo y devuélvelo a su lugar.

No bloquees los pasillos – los pasillos nunca son los suficientemente anchos; por tanto, coloca tu carrito pegado a la estantería siempre a tu derecha y por ninguna circunstancia abandones el carrito al medio de un pasillo.

Devuelve los productos no deseados donde pertenecen – si pusiste algo en tu carrito y luego no lo deseas, toma tu tiempo y retórnalo a su lugar. No te sentirás culpable ni doblarás el trabajo de los empleados.

Padres, enseñen a sus hijos – si realmente tienes que llevar a tus hijos, toma la responsabilidad de su conducta, porque dejarlos solos correteando por el supermercado puede causar serios accidentes.

Evita el manoseo de los productos – seamos considerados con los demás; si manoseamos los productos para ver si están frescos o maduros, podemos contaminarlos. Para los productos a granel utilizaremos las tenazas o su propio utensilio.

Prepárate antes de llegar a la caja – organiza la forma de pago de antemano para no ocasionar espera a los demás. En lo posible lleva tus propias bolsas reutilizables.

Sé buena gente – si ves que la persona de atrás tiene sólo un par de productos y tú tienes un carrito totalmente lleno, considera hacerlo pasar, será un buen gesto.

Estos son fundamentos básicos; síguelos, pásalos a otros, ¡y a comprar se dijo!

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