miércoles, 8 de febrero de 2012

Cómo amar al anciano

Cuando el peso de los años impiden los pasos por los caminos de la vida, la persona, normalmente, se encuentra con actitudes de marginamiento. Muchos, incluso la propia familia, la trata como inservible. Estos consejos ayudan a cumplir con el mandato de Jesús:
- Dejalo hablar, porque hay en su pasado un tesoro lleno de verdad, de belleza y de bien.
-Dejalo vencer en las discusiones, porque tiene necesidad de sentirse seguro de sí mismo.
-Dejalo ir a visitar a sus viejos amigos, porque entre ellos se siente que revive.
-Dejalo contar sus historias repetidas, porque se siente feliz cuando las escuchamos.
-Dejalo vivir entre las cosas que amó, porque sufre al sentir que le arrancan pedazos de su vida. -Dejalo gritar cuando se ha equivocado, porque, igual que los niños tienen derecho a la comprensión.
-Dejalo tomar un puesto en el automóvil familiar cuando van de viaje, porque el próximo año tendrás remordimientos de conciencia si ya no existe más.
-Dejalo envejecer con el mismo paciente amor con que dejás crecer a tus hijos, porque todo es parte de la naturaleza.
-Dejalo rezar como él sabe y quiere, porque así descubre la sombra de Dios en el camino que le falta recorrer.
-Dejalo morir entre brazos con piedad, porque el amor de los hermanos en la tierra nos hace presentir mejor el torrente infinito de amor del padre en el cielo.

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