jueves, 2 de febrero de 2012

Chocolate caliente. Principios del vacío

¿Tenés el hábito de juntar objetos creyendo que un día vas a necesitarlos? ¿Tenés el hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usás desde hace mucho tiempo?
¿Y dentro tuyo qué pasa? ¿Tenés el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas y miedos?
¡Eso jamás lo hagás! ¡Va contra tu prosperidad! Es preciso que dejés un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a tu vida.
Es necesario que te deshagás de todo lo inútil que hay en vos y en tu vida, para que la prosperidad llegue. La fuerza de ese vacío es lo que absorberá y atraerá todo eso que realmente, deseás.
Mientras estés, material o emocionalmente, cargando sentimientos viejos e inútiles, no tendrás espacio para nuevas oportunidades.
Los bienes necesitan circular. Limpiá los cajones, los armarios, el cuarto de enseres, el garage... Doná todo lo que ya no usés. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles solo encadena tu vida. No son los objetos guardados los que estancan tu existencia, sino el significado de la actitud de guardar.
Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Se cree que mañana podrá faltar, y que no tendrás manera de cubrir esas necesidades. Con esa idea, le estás enviando dos mensajes a tu cerebro y a tu vida: que no confías en el mañana, y que piensas que lo nuevo y lo mejor no son para vos. Por eso guardás cosas viejas e inútiles. Deshacete de lo que ya perdió el color y el brillo. Dejá entrar lo nuevo a tu casa y dentro de vos mismo. Por eso, después de leer esto, no lo guardés, envialo a otros.
(Enviado por Janet Dajer)

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