jueves, 26 de enero de 2012

Cuestión de equilibrio

La sociedad te prepara para la actividad, la ambición, la prisa, la eficiencia. No te prepara para relajarte ni para no hacer nada y descansar.
Toda sociedad es impulsada, obsesionada y adicta al trabajo. Por lo tanto no quiere que aprendas a relajarte. Y esto es necesario para que vivas con equilibrio mental, físico y espiritual.
La relajación tiene poderes milagrosos. Tratá de relajarte una hora o dos de las 24 y adquirirás mayor percepción sobre vos mismo.
Aplicá la relajación en las tres capas: cuerpo-mente –corazón.
La relajación puede llevarte a puntos altos. Es una simple técnica. No es complicada. Durante unos pocos días la encontrarás dificil por la falta de costumbre.
Insistiendo en la relajación, llega a aparecer la meditación.
La meditación es el nombre de la más profunda relajación.
Hay que relajarse desde la circunferencia. Relajá la circunferencia de tu ser, relajá tu cuerpo, relajá tu comportamiento, relajá tus actos.
Caminá de una manera relajada, comé de una manera relajada, hablá, escuchá de una manera relajada. Aminorá cada acción. No tengás prisa, no te acelerés.
Movete como si toda la eternidad estuviera a tu disposición; de hecho lo está. Estamos aquí desde el principio y vamos a estar hasta el final.
Recordá que en el universo no hay principio ni fin.
La tensión significa estar temerosos de que mañana no podamos enfrentarnos a la realidad, obligándonos a estar en permanente guardia.
No te olvidés, aprendé a vivir con calma, con equilibrio, buscando la paz.

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