jueves, 22 de diciembre de 2011

Jesús habla en su cumpleaños

“Como sabrás, se acerca la fecha de mi cumpleaños. Todos los años se hace una gran fiesta en mi honor. En estos días la gente hace muchas compras y no se habla de otra cosa.
Hace muchos años comenzaron a festejar mi cumpleaños y al principio parecían comprender y agradecer lo que hice por ellos, pero hoy nadie sabe por qué lo celebran.
Recuerdo que el año pasado al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta y ni siquiera se acordaron de invitarme. La fiesta era para mí, pero cuando llegó el gran día me dejaron afuera. Pero no me sorprendí, porque en los últimos años todos me cierran sus puertas. Entonces se me ocurrió entrar sin hacer ruido y me quedé en un rincón, todos bebían y contaban chistes. Después llegó un anciano robusto de barba blanca, vestido de rojo. Se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia Papá Noel.
Llegaron las 12 de la noche y comenzaron a abrazarse. Yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara y nadie lo hizo. Comprendí que estaba sobrando en esa fiesta. Salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me fui. Tal vez crean que yo nunca lloro, pero esa noche lloré, me sentía destruido, abandonado, triste y olvidado.
Otra cosa que me asombra en mi cumpleaños, es que en vez de hacerme regalos, se los hacen entre ellos. ¿Qué sentirías si en tu cumpleaños, a ti no te regalan nada?
Una vez alguien me dijo, ¿cómo te voy a regalar algo si no te veo? Le dije: ayuda a los pobres, visita a los enfermos, a los que están solos, regala ropa y comida, y me encontrarás en cada uno de ellos. Y yo lo contaré como si lo me lo hubieras hecho a mí.

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