sábado, 5 de noviembre de 2011

El perdón

El perdón es la base de toda sanidad de la mente, conciencia y corazón. Es la clave de la liberación espiritual. Es una barrera que debemos cruzar para ser totalmente libres en nuestro interior.
Sin perdón hay dolor, hay rencor, hay resentimiento y amargura.
Hay que perdonarse uno mismo
Sé libre hoy de tus propias fallas. ¡Perdónate! Nadie es perfecto, la misma esencia defectuosa, propensa a variar, existe en todos los seres humanos.
Perdonarte a tí mismo es aceptar con humildad tu condición real de ser humano.
Reconoce que no eres perfecto y comienza a mejorar.
Perdonarte a tí mismo es un acto de humildad. Perdonarte a tí mismo te hará depositar la confianza en Dios para recibir la fortaleza y no volver a fallar.
Hay que perdonar a los otros
Las heridas duelen y a veces mucho. Pero alguien dijo: “La mejor venganza es el perdón” porque la falta de perdón te autoesclaviza.
Te lastimas a tí mismo cuando no perdonas, mientras que el ofensor no se percata de tus sentimientos.
Tu falta de perdón hacia otros te mantiene preso y atado a esa persona. ¡Sé libre perdonando. ¿Te fallaron? Bienvenido al planeta Tierra.
Solo los valientes perdonan. Solo los sabios saben perdonar al prójimo. Solo quién tiene verdadero amor.
Hay que perdonar a Dios
¿Qué absurdo dices? Sí, así como lo lees, perdonar a Dios. ¿Acaso Dios se equivoca?
No, en absoluto.
Pero nosotros percibimos por nuestro orgullo e ignorancia que Dios nos ha fallado en algunas ocasiones.
No seamos necios y no echemos culpas a Dios. Cambia tu actitud si estás enojado con Dios. porque Él quiere lo mejor y jamás quiso nada malo para tí.
Finalmente, tenemos el perdón de Dios
Además de fallarnos entre nosotros mismos, también le fallamos muchas veces a Dios. Él es el creador de todo y juez del universo. A pesar de ser juez, no se complace en juzgar sino en perdonar.
Dios es amor. No tiene amor…
Por eso Su naturaleza es perdonar las fallas de sus hijos. No importa lo que hayas hecho.

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