viernes, 23 de septiembre de 2011

Me mata la timidez...

Los ataques de timidez pueden jugarnos en contra en muchos ámbitos. Entre ellos, uno de los más críticos es el del trabajo.

Cuando la timidez se convierte en un problema

Te acompaña desde la infancia, y todavía sientes que no te es posible controlar tus ataques de timidez: Te da vergüenza entrar a un negocio y cambiar una falda, otras veces, sientes una gran ansiedad antes de una entrevista laboral. Así trabaja la timidez, pero no puedes dejar que limite y coarte tus posibilidades, debes aprender a dominarla.

"Siempre me costó mucho participar en clase, en el momento en que ponía el brazo en alto automáticamente empezaban los síntomas, aunque lograba dominarlos una vez que empezaba a hablar. Pero tengo una amiga que sufre muchísimo, no se anima a nada, no sale con nosotras, no va a la casa de nadie, en el único lugar en el que se siente segura es en su casa", afirma Marina O., ingeniera industrial.

La timidez puede manifestarse en distintos grados, pero básicamente, existen dos clases: La forma más común, de la que muy pocos se salvan, que sólo produce un cierto temor para afrontar situaciones sociales, pero que no impide que puedan ser afrontadas, a pesar de no pasarla del todo bien al principio.

La otra, es una clase de timidez exacerbada que se denomina fobia social. Es una enfermedad psicológica que se caracteriza por un miedo constante a enfrentar situaciones sociales que generan un alto grado de ansiedad y que se traducen en angustia o pánico. Una persona que padece de fobia social tiende a evitar todas las actividades sociales y, así, progresivamente la enfermedad provoca una vida sin relaciones interpersonales.

Éstos son algunos casos de manifestación de fobia social: Vergüenza de entrar a un negocio a comprar algo, de ir a fiestas, de comer delante de los demás, de hablar en público, de saludar a conocidos por la calle, de mirar a los ojos y de conocer a otras personas.

Posibles soluciones

Los ataques de timidez pueden jugarnos en contra en muchos ámbitos, entre ellos, uno de los más críticos es el del trabajo. Tanto en entrevistas como en el lugar de trabajo mismo, esta característica puede impedirte que llegues a lograr tu objetivo profesional y por consiguiente, que sientas una gran frustración por ello.

"No me animaba a contestar el teléfono, menos a llamar a nadie, cuando me mandaban a buscar algo a otro piso de la empresa sentía que me estaba por desintegrar, al final me despidieron", cuenta Victoria R. una víctima de esta enfermedad que a partir de este despido comenzó un tratamiento para curarse.

Según la Licenciada Peluffo, psicóloga, la fobia social puede solucionarse: "Actualmente existen medicaciones específicas que actúan sobre los fóbicos disminuyendo su estado de angustia o de pánico provocado por las situaciones sociales".

La fobia social tiene un origen fisiológico: "El cerebro no produce determinados neurotransmisores y esto provoca la enfermedad, la medicación funciona aumentando su producción. Igualmente, este tratamiento debe ser acompañado por una psicoterapia".

Para los casos más leves de timidez existe un tipo de terapia llamada de la asertividad: "El paciente aprende habilidades para comportarse frente a otros, por ejemplo, cómo mirar a las personas, cómo sentarse o mover las manos durante una conversación", concluye la licenciada Peluffo.

Superarla y superarse

El escritor francés Moliére describió a la timidez como "la desconfianza del amor propio, que deseando agradar teme no conseguirlo". Actualmente, la fobia social es una enfermedad cada vez más común en la sociedad. Muchos afirman que esta tendencia es el resultado del proceso de exigencias tanto estéticas como intelectuales que castigan a aquel que no logra adaptarse a sus parámetros.

Así, la persona prefiere refugiarse en su hogar, donde sabe que no será rechazada. En este punto se halla el desafío: aprender a convivir con la timidez y lograr controlarla, especialmente en esos momentos en los que mostrar una imagen segura puede convertirse en definitivo.

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