jueves, 28 de abril de 2011

SEIS PASOS PARA ESTIMULAR SU SUBCONCIENTE

Resumiremos ahora las instrucciones dadas en relación con los seis pasos del segundo capítulo, y las combinaremos con los principios presentados en éste.
Primero: elija un sitio tranquilo (preferiblemente en la cama, por la noche), donde no vayan a distraer¬lo ni a interrumpirlo, cierre los ojos, y repita en voz alta (de manera que usted pueda oír sus propias pa¬labras) el enunciado escrito de la cantidad de dinero que se propone acumular, el plazo para esta acumulación y una descripción de los servicios o de las mercancías que pretende dar a cambio del dinero. Al ejecutar estas instrucciones, véase a sí mismo ya en posesión del dinero.
Por ejemplo, suponga que se propone acumular 50.000 dólares para el primero de enero de dentro de cinco años, que se propone prestar servicios per¬sonales a cambio del dinero, en carácter de vende¬dor. El enunciado escrito de su propósito deberá ser más o menos como el siguiente:
«El primer día de enero de 19.., seré poseedor de 50.000 dólares, que afluirán a mí en diversas su¬mas de tiempo en tiempo durante ese lapso de cinco años.
»A cambio de ese dinero daré los servicios más eficientes de que soy capaz, girando la mayor cantidad posible, y proporcionando la mejor calidad de servicios como vendedor de... (describa el servicio o la mercadería que se propone vender).
»Confío en que tendré la posesión de ese dinero. Mi fe es tan fuerte que puedo verlo ahora ante mis ojos. Puedo tocarlo con las manos. Ahora está esperando ser de mi propiedad en el momento y en la proporción en que yo proporcione el servicio que estoy dispuesto a dar a cambio de él. Espero un plan con el que acumular ese dinero, y lo ejecutaré tan pronto como aparezca.»
Segundo: repita este programa por la noche y por la mañana hasta que pueda ver (en su imaginación) el dinero que ha decidido acumular.
Tercero: ponga una copia de su enunciado escri¬to en donde pueda verla por la noche y por la maña¬na, y léala justo antes de dormirse y antes de levan¬tarse hasta que la haya memorizado.
Al seguir estas instrucciones recuerde que está aplicando el principio de la autosugestión con el propósito de darle órdenes a su subconsciente. Recuerde, además, que su subconsciente acatará sólo instrucciones que estén cargadas emocionalmente, dirigidas hacia él con «sentimiento». La fe es la más fuerte y productiva de las emociones. Siga las instrucciones del capítulo dedicado a ella.
Al principio, estas instrucciones pueden parecer abstractas. No se deje inquietar por eso. Siga las instrucciones, sin prestar atención a lo abstractas o lo poco prácticas que puedan parecerle. Pronto llegará el momento en que, si ha hecho lo que se le ha indi¬cado, tanto en espíritu como en actos, todo un nue¬vo universo de poder se desplegará ante usted.

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