jueves, 3 de marzo de 2011

Tener hermanas el mejor antidepresivo

Practicar ejercicio con regularidad, ingerir alimentos ricos en vitamina B y ácidos grasos omega-3, hacer yoga o meditación, dormir lo suficiente, realizar actividades que produzcan bienestar, rodearse de gente positiva y buenas compañías… Son algunas de las medidas de autoayuda o prevención que habitualmente se recomienda tomar para protegerse de los estados depresivos o bien salir de ellos o para evitar las recaídas en el pozo de la depresión, como complemento de las terapias psicológicas y de los fármacos.
“Los cambios en la forma de actuar, pensar y alimentarse no resuelven por sí solos la depresión, la cual suele ser una reacción ante algún elemento externo o se origina en una determinada actitud mental”, señala la psicóloga clínica Laura García Agustín.
Para la directora del Centro ClaveSalud, todo tratamiento eficaz de la depresión “requiere tratar la causa que la ha generado, analizar los factores implicados en el problema y reconsiderar el modo de vida del afectado, con ayuda profesional”.
“No obstante, los cambios en el estilo de vida y pensamiento son necesarios porque funcionan como un escudo de protección. Si no se efectúan, el riesgo de sufrir o repetir una depresión sigue siendo considerable, porque su caldo de cultivo, es decir el estilo de vida de la personas, sigue siendo igual”, señala la experta. Para García Agustín “también hay factores protectores como tener una buena red social de amigos y familiares, haber vivido en un ambiente familiar positivo y armónico, haber recibido mucho afecto de los padres y mantenido una buena comunicación con ellos, así como la ausencia de maltratos o abusos, gozar de una buena inserción laboral y de un buen nivel de autoestima y buenas perspectivas de vida”.
La ‘buena noticia’ es que se acaba de descubrir un nuevo factor protector contra la depresión. La ‘noticia no tan buena’ es que lamentablemente no está en manos nuestras el poder cultivarlo o fomentarlo, al menos en nosotros mismos, ya que depende de la decisión de nuestros padres de tener una familia más o menos numerosa.
Según una investigación de psicólogos estadounidenses, los hermanos pueden protegerse los unos a los otros de sentimientos como la soledad o el miedo; y si se trata de hermanas mujeres, la relación con ellas puede mantener alejada a la depresión durante la etapa adolescente.
Relacion fraternal y antidepresiva
Para su estudio, la doctora Laura Padilla-Walker, de la Universidad de Brigham Young, en Utah, (EE.UU.), entrevistó a 395 familias con más de un hijo, uno de los cuales contaba con al menos entre 10 y 14 años de edad. Los expertos encontraron que tener un hermano, independientemente del sexo o de la diferencia de edad, es un elemento protector en términos psico-emocionales.
De acuerdo a los investigadores de la Brigham Young, la influencia de tener un compañero de juegos puede llegar a ser superior a la influencia de los padres, y los menores aprenden de sus hermanos sentimientos positivos como la generosidad o la amabilidad en mayor medida que de sus mayores.
Aunque contar con la compañía de un hermano varón es un elemento protector, son las mujeres quienes ofrecen un mayor potencial antidepresivo, según el estudio, que sugiere que ello se debe a que las mujeres tienen mayor tendencia a comunicarse y estas dotes comunicativas juegan un papel positivo.
De acuerdo al estudio de Padilla-Walker, estas relaciones fraternales permiten mantener alejados sentimientos de culpabilidad, egoísmo y miedo, e incluso las habituales peleas entre hermanos pueden tener un componente positivo, ya que ayudan a los niños a controlar sus emociones, siempre que no sean demasiado graves, lo cual puede ser perjudicial.
Para la autora del trabajo, publicado en la revista “Journal of Family Psychology”, los hermanos son alguien con quien los niños pasan cada día durante su infancia, y la ciencia necesita estudiar seriamente su influencia.
Respecto de la depresión -que a tenor de lo descubierto por Padilla-Walker es mantenida a raya por la presencia de las hermanas- explica la psicóloga Laura García Agustín, que es un estado de tristeza profunda y persistente que implica pensamientos dolorosos y pesimistas, una cierta inhibición de los movimientos corporales y signos físicos como la fatiga o la falta de apetito.
Según la experta, es uno de los trastornos psicológicos más frecuente en las sociedades occidentales, y para mediados de este siglo se calcula que llegará a ser la segunda enfermedad más abundante del planeta y la primera causa del absentismo laboral, según las previsiones de los organismos médico-sanitarios.
Según la psicóloga, “en muchos casos el problema no sale a la luz, porque no todos los desórdenes depresivos son detectados, a que pocos pacientes buscan ayuda, a que muchos no saben que están deprimidos (tienen estrés, duermen poco, están cansados constantemente, pero no lo asocian a la depresión) y por la propia naturaleza de la depresión, que se caracteriza por la pasividad. /

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