jueves, 17 de febrero de 2011

El poder del optimismo

El miedo y el pesimismo nos inducen a mantener una visión recortada de la vida, a aislarnos y movernos sólo en los terrenos supuestamente seguros, a replegarnos en nosotros mismos, a repetir en vez de probar e innovar y, en definitiva, a adoptar la filosofía de que “más vale malo conocido que bueno por conocer”. En términos psicológicos ello equivale a sobrevivir en vez de vivir", según afirma en reportaje a EFE la psicóloga clínica Margarita Marqués, experta en crecimiento personal y autoconocimiento.

BENEFICIOS POSITIVOS. En cambio, aquellas personas optimistas y que viven en positivo, disfrutando de lo que tienen en vez de lamentar lo que les falta, "viviendo el aquí y ahora, confiando en que las cosas marcharán bien y centrándose en las soluciones más que en los problemas, tienden a asumir riesgos razonables, a vivir nuevas experiencias y a luchar por lo que anhelan en su interior", agrega.
Marqués señala también que “vivir en positivo, no sólo contribuye a hacernos más felices, sino que además enriquece nuestra imaginación a través de diversos mecanismos psicológicos y emocionales”.
“Por ejemplo, un estudio canadiense ha encontrado que las personas felices pueden pensar de forma innovadora notablemente mejor que las que se encuentran tristes, y que un estado de ánimo positivo fomenta la creatividad”, explica la experta.

ACTITUD NOTABLE. Por su parte la psicóloga boliviana, Claudia Mojica, dice que las per­so­nas más opti­mis­tas tien­den a tener mejor humor, a ser más per­se­ve­ran­tes y exi­to­sas e, inc­luso, a tener mejor estado de salud física. También tien­den a salir for­ta­le­ci­dos y a encon­trar bene­fi­cio en situa­cio­nes traumá­ti­cas y estresantes.
" Los opti­mis­tas son más per­sis­ten­tes, no se rin­den con tanta faci­li­dad como los pesi­mis­tas y, por este motivo, tie­nen más pro­ba­bi­li­da­des de tener éxito" añade aclarando que las per­so­nas opti­mis­tas son más capa­ces de salir ade­lante en los reve­ses de la vida, sin deprimirse.

VIVIENDO INTENSAMENTE. También es importante vivir cada instante con intensidad, aconseja Marqués, porque “esperar a que las cosas mejoren o cambien para ser feliz en el futuro, es una de las mejores formas de desaprovechar el presente, lo único que tenemos y que es real”.
“Cuando se vive centrado en el presente, en el “hoy, aquí y ahora”, y se disfrutan los pequeños placeres y hallazgos que surgen a cada paso y suelen pasarnos desapercibidos, la vida cambia del color gris a todos los matices que nos ofrece el arco iris”, concluye la psicóloga clínica.



No hay comentarios:

Publicar un comentario