miércoles, 16 de febrero de 2011

Cómo se mide la vida

No se mide según con quién sales, ni por el número de personas con quienes has salido.
Ni por la fama de tu familia, menos por el dinero que tienes, por la marca de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.
Tampoco se mide por lo guapo ni por lo feo que eres, ni por la marca de ropa que llevas, o por los zapatos ni el tipo de música que te gusta.
Se mide según a quién amas y según a quién dañas.
Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros.
Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.
Se mide por el sabor de boca que dejas a los demás con tu presencia y con tus comentarios.
Se trata de los juicios que formulas y a quién o contra quién los comentas.
Pero la mayor parte se trata de si usas la vida para alimentar el corazón de otros.
Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.
La vida será contigo tan justa como lo eres con los demás.
Hacer un amigo es fácil. Pero la vida habla de ti, por aquellos amigos que fielmente supiste conservar.
Por aquéllos a los que te supiste entregar sin exigencias.
Aquéllos que cuando no estás… lloran tu ausencia.
Da lo mejor de ti para que la vida te devuelva de mil y una manera los frutos de lo que sembrastes en el camino.

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