viernes, 28 de enero de 2011

“El camino de las emociones negativas”

Hay muchos caminos que se pueden seguir en el hogar; cualquier camino que se siga nos llevará a un lugar determinado y a la obtención de determinados resultados también, y es por esta razón que debemos aprender a examinar con la imaginación sincera el camino que estemos eligiendo.
Las familias que eligen caminos positivos se fundamentan en emociones positivas como el amor, la sinceridad, la verdad, la compasión y otros valores positivos que fortalecen y mejoran a los individuos capacitándoles para tener éxitos individuales y sobre todo, éxitos en el corazón.
Las personas que no consiguen estos éxitos del corazón, viven resentidas y amargadas sembrando cardos y pretendiendo cosechar rosas.
Los hechos de la vida suelen demostrarles lo contrario pues lo que no proviene de la sinceridad y de la buena voluntad, solo produce fracaso, dolor y malos resultados pues, ¿quién puede estudiar a conciencia si está resentido y enojado con algunos miembros de su familia?
Si no hay paz en el alma y sinceridad en el corazón, es muy difícil que un muchacho o una muchacha puedan concentrarse en la actividad mental a la que llamamos estudio.
Las personas que sólo piensan en "salir" y sólo piensan en la diversión, en el fondo tienen un gran problema en el interior de su alma: como no pueden cambiarse a sí mismas quieren cambiar a su hogar a través de acciones despóticas y de actitudes negativas pensando que de esa manera van a lograr tener éxito en la vida olvidando de esta manera que, en base al dolor y sufrimiento de los papás, el éxito completo y la felicidad son metas imposibles de alcanzar.
El camino del odio o de cualquier emoción negativa invariablemente produce la autodestrucción de los individuos y de todo aquello que podría ser digno en la vida; las palabras con las que tratemos de disfrazar la realidad, aceleran el proceso de autodestrucción de ahí que las mentiras de muchachos que dicen estar estudiando y no lo están haciendo, terminan por descubrirse y dejan al descubierto la gran verdad: las mentiras nunca producen verdades ni triunfos perdurables y terminan por manifestarse en el alma, en el cuerpo, en las relaciones y en la fama del individuo, por esta razón podemos tomar la decisión de aprender a decir la verdad, pues en base a la verdad progresan los individuos trayendo de esta manera alegría y orgullo a la familia, pues lo correcto termina siempre por auto sostenerse dando lugar de esta manera, a la escritura y a la experimentación de una historia más digna, más sensata y más positiva de la familia; nos vemos en el artículo de mañana.

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